domingo, 3 de mayo de 2009

RECORDÁNDOTE Capítulo 01.- Dudas y lágrimas, yo no te temo




Rurouni Kenshin y todos sus personajes pertenecen a Nobuhiro Watsuki y Shueisha.

-Diálogos-

Pensamientos”

RECORDÁNDOTE

By Natsumi Niikura

Capítulo 1.- Dudas y lágrimas, yo no te temo

Uno de tantos otros días en Kyoto, empezaba a amanecer, los primeros rayos de sol entraban por la ventana, en el futón un joven de ojos azules se despertaba. Llevaba noches sin dormir bien, se sentía inquieto, en vista de que no sería capaz de volver a dormirse decidió levantarse e ir antes de lo habitual al templo, quizás allí encontraría algo de la calma que había perdido o bien le entraría sueño y podría echar una cabezada.

Inmerso en sus propios pensamientos se levantó, aseó y se preparó, haciéndolo todo por inercia con movimientos mecánicos sin prestarle atención a nada, sólo lo hacía. Una vez estaba listo se dirigió a la cocina con la esperanza de encontrar alguna cosa para desayunar y así aguantar hasta que Misao le llevase su té y algún tentempié como siempre hacía.

Al abrir la puerta de la cocina sus ojos toparon con una imagen que le hizo estremecerse, allí dormida apoyada sobre la mesa de servicio estaba Misao rodeada de cacharros de cocina, al parecer se había pasado la noche preparando algo, quizás algún plato nuevo que incluir en el menú del Aoiya, la verdad es que esa pequeña tenía un gran talento cocinando, los días en los que Misao cocinaba el Aoiya se llenaba, incluso había que hacer cola, a veces de más de una hora, eso era algo que a Aoshi le sorprendía. En algunas ocasiones se sentía un poco celoso y recordaba con nostalgia cuando Misao era pequeña y se empeñó en aprender a cocinar para hacer feliz a ese hombre con el que decía que se casaría algún día, y todo sea dicho, hombre al que Aoshi quería conocer, interrogar y si era necesario torturar. Al principio la idea le pareció muy divertida, estaba seguro que acabaría volviendo locos a los que por aquel entonces se encargaban del restaurante, pero el día en que apareció con unos onigiri deseó que apareciera Hannya o cualquier otro que probara aquello que le ofrecía su pequeña protegida… aunque no tuvo otro remedio que probarlo, no quería que se entristeciera, pero entonces quedó impresionado, el aspecto no era muy bueno pero la verdad es que estaba delicioso, en ese momento supo que la comida que preparara Misao sería su favorita sin lugar a dudas.

-Misao…- susurró Aoshi poniendo una mano sobre el hombro de la chica.

-Mmmh… buenos días Aoshi-sama… ¿ya es de día?- la chica luchaba por mantener sus verdes ojos abiertos.

-Vete a la cama- Aoshi se puso a buscar algo que comer sin prestar atención a la joven que le miraba extrañada- si duermes en un sitio como este acabaras resfriándote…

-Aoshi-sama…

-¿Qué pasa?- se giró a mirarla topando con esa mirada curiosa, sabía que ahora le tocaría sufrir un interrogatorio, la conocía bien- … dime.

-¿Qué esta buscando? Y… ¿Qué hace levantado tan temprano? aún está amaneciendo… ¿Le ha ocurrido algo? ¿Ese estúpido policía corrupto le ha encargado una nueva misión? O… -se calló de golpe al ver que Aoshi levantaba una ceja ante esa avalancha de preguntas, estaba hablando más de la cuenta- “¡Misao eres tonta! ¿¡Que tal si le dejas tiempo para contestar!? ¡Tonta, tonta!”- agachó la cabeza- Disculpe…

Si Misao le hubiese seguido mirando hubiera visto la dulce sonrisa que se dibujó en el rostro de Aoshi, realmente no había cambiado nada, su curiosidad no tenía limites y eso le gustaba mucho, finalmente se decidió a contestar sus dudas- Busco algo que comer, no podía dormir, no me ocurre nada ni tengo que trabajar para Saito.

-¿Sigue sin dormir bien? Lleva una semana así…- No es que le hubiera estado espiando, pero al dormir en la habitación de al lado le escuchaba levantarse a mitad de la noche y eso que Aoshi era muy silencioso como el buen ninja que era.

-…- no podía contestarle, sabía que la siguiente pregunta sería “¿por qué no puede dormir, Aoshi-sama?” y para esa no tenía respuesta- Misao… estaré en el templo.

-¡Le llevaré su desayuno allí! No se preocupe, no tardaré mucho- una enorme sonrisa se formó en su rostro mientras observaba a su amado salir por la puerta en dirección al templo.

-“Parece que hoy hará un buen día, el verano se acerca”- se detuvo un instante para observar el paisaje- “quizás va siendo hora de retomar mi vida ¿verdad, Hannya?”- se sonrió a si mismo, Hannya y Misao eran los únicos con los que Aoshi hablaba dejando a un lado su actitud calculadora, los únicos a los que dejaba acercarse sin reservas, pero con Hannya muerto sólo le quedaba su pequeña Misao- “hoy iré a visitaros, amigos”

Siguió caminado ya no le faltaba mucho para llegar al templo, de repente un escalofrío recorrió su espalda y una súbita inquietud le atrapó, tenía un mal presentimiento, se quedó parado en mitad del camino con la mirada perdida en algún punto lejano del horizonte. Se quedó allí parado perdiendo toda noción del tiempo hasta que una vocecilla le devolvió a la realidad.

-Aoshi-sama… ¿se encuentra bien?- Misao le miraba con cara de preocupación, llevaba una bandeja con su desayuno.

-¿Qué es?- le dijo mientras señalaba la bandeja.

-Mmmh… arroz, pescado, daikon oroshi, kiriboshidaikon y misoshiru- ¡Misoshiru! Por Kami le volvía loco el misoshiru que preparaba Misao. En un arrebato le quitó de las manos la bandeja a Misao que se quedó completamente desconcertada- eehh…

-Yo la llevaré- se dio la vuelta continuando su camino hacia el templo, al darse cuenta de que ella no le seguía se detuvo y sin girarse- vuelve al Aoiya

-“¡Por Kami! ¿Tanto le molesta mi compañía?”- se dio la vuelta cabizbaja pero la voz de Aoshi le hizo detenerse.

-Trae algo para ti, podríamos desayunar juntos- el corazón de la ninja brincó al escucharle, desayunar juntos ¿acaso estaba soñando?

-Ha… ¡haiiiiiiiiiiiii!- y con una enorme sonrisa se fue corriendo al Aoiya, él la observo alejarse.

-“No cambiará nunca, aunque… está bien así, esa es su forma de ser”- entró en la sala de meditación, allí donde pasaba largas horas, se sentó en el mismo lugar de siempre poniendo la bandeja con el desayuno que había preparado Misao enfrente, esperando que ella llegara- “Seguiré luchando para protegerla, para que nunca se borre esa sonrisa ni pierda su alegría. Por que ella es el tesoro del Onniwabanshuu. No sé por que pero hoy me apetece tenerla cerca, sentirla junto a mi.”- De nuevo la voz de Misao interrumpe sus pensamientos, la única capaz de sacarle de su meditación o de sus cavilaciones.

-¿Aún no ha empezado? Se le va a enfriar el desayuno ¡Por Kami!

-Misao, comamos- ese tono de voz… le estaba mandando a callar y dándole a entender que era por educación, que la esperaba, Misao sabía leer en los tonos de voz, los gestos y las miradas de Aoshi, no necesitaba más de una palabra para saber lo que él quería decirle, al igual que no necesitaba más que ver un pequeño cambio en su mirada para saber como se sentía.

-Hoy… tengo turno de cocina así que le traeré el té más temprano de lo habitual, aunque no creo que pueda traerle el de la tarde, si quiere puedo pedirle a Omasu o a Okon que se lo traigan, de todas maneras intentaré traérselo yo misma. Últimamente se llena más de lo habitual, hay tanto trabajo que no hay tiempo ni para sentarse 2 minutos ¡no se puede parar ni un segundo! ¿Acaso no les dan de comer en sus casas?- agachó la cabeza con gesto de resignación, había tanto trabajo que a penas le quedaba tiempo para ver a su Aoshi-sama- Aunque eso es bueno para el negocio, ¿ne?

-Sólo se llena cuando cocinas tu- no era su intención pero su tono de voz sonó molesto- Esta tarde no tomaré té, tengo algo que hacer.

-“Le he hecho enfadar pero… ¿qué he dicho para enfadarle? Mmm...…”- le miraba confusa- Aoshi-sama, lo siento…

-… ¿Porqué te disculpas?- ahora era él el que estaba confundido.

-Está enfadado, aunque no sé que he hecho… lo siento, sé que suelo hablar más de la cuenta jejejeje, soy un desastre pa…- uno de los dedos de Aoshi se posó en sus labios haciéndola callar y ruborizarse.

-No estoy enfadado.

-Qué bien- una amplia sonrisa se dibujó en su rostro, se fijó en que él ya se había tomado su Misoshiru, sabía lo mucho que le gustaba, cogió su bol- Aoshi-sama ¿quiere mi Misoshiru? Yo no voy a tomármelo.

Él asintió, un leve brillo apareció en sus ojos, hubiera pasado desapercibido para cualquiera, pero no para ella, esas pequeñas cosas le hacían tan feliz que recuperaba todas las fuerzas para seguir en su empeño de hacerle sonreír ¡cómo amaba a ese hombre!

Siguieron allí una hora más ella hablando sin parar de todo y de nada a la vez, y él observándola furtivamente asintiendo a lo que decía y sonriendo interiormente, se sentía muy cómodo con ella y sus preocupaciones desaparecían, su alma estaba en paz.

El resto del día pasó sin incidentes, a media mañana Misao le había llevado el té junto con algo para comer, al mediodía fue al Aoiya donde ella se había encargado de apartarle una ración y de llevársela a su cuarto. Después de eso se marchó en dirección al mausoleo que juntos habían levantado para sus amigos caídos.

-Hola amigos… largo tiempo sin venir a veros, os debo una disculpa. Todo sigue igual, Okina-san sigue persiguiendo jovencitas, Omasu-san, Okon-san, Kuro-san y Shiro-san trabajando y Misao… bueno, como siempre, ya la conocéis- aunque parezca imposible Aoshi hablaba y mucho, aunque sólo ante la tumba de sus hombres, se podría decir que meditaba en voz alta- Hannya, me iría bien que estuvieras aquí… y hablar contigo sobre algo…

El viento cambió de dirección, anunciando tormenta, pero Aoshi estaba tan absorto en su soliloquio que no lo notó. Escuchaba el agua del río fluir mientras continuaba hablando.

-Hace un tiempo que siento algo, un sentimiento que desconozco o quizás… es que me da miedo conocerlo. Hay cosas que están vedadas para mi, cosas a las que no tengo derecho, mis manos están manchadas de sangre, no quiero ensuciarla…necesito una señal para saber que hacer…- las primeras gotas empezaron a caer primero tímidamente convirtiéndose rápidamente en una fuerte tormenta- Parece que tendré que volver otro día, sayonara amigos…

La visibilidad era prácticamente nula, hasta el punto de que no podía ver donde ponía los pies, pisó en falso y cayó por un precipicio, quedando inconsciente y mal herido.

En el Aoiya se oyó el estruendo de platos romperse, Shiro entró como un torbellino en la cocina viendo a Misao, se le habían caído los platos, iba a girarse sin darle más importancia al fin y al cabo ¿a quién no se le ha roto nunca un plato? Pero entonces vio el rostro aterrorizado de la chica.

-¡Misao, Misao! ¿Qué te pasa?- la zarandeaba preocupado.

-Shi… Shiro… a… a Aoshi-sama… le ha pasado algo…- sus ojos se empezaron a llenar de lágrimas- Po… por favor… tenemos que… encontrarle… ¡Shiro!

-Vale, vale, ¡cálmate!- en ese momento Kuro entraba por la puerta también le había alarmado el ruido de los platos- Kuro vamos a salir. Encargaos de la cocina- Kuro asintió y sin perder más tiempo él y Misao corrían desesperadamente por Kyoto en busca de Aoshi, los presentimientos de Misao sobre Aoshi solían ser acertados por lo que Shiro no dudó en ayudarla.

-¡Por aquí! Seguro que ha ido a ver a Hannya- rodearon el templo, pasando por el abrupto bosque- cuidado con la roca.

-¿Estás segura? Aoshi-san… es Onni cómo iba a quedarse… en… el bosque con la que está cayendo…- Shiro tenía razón, pero, ella sabía a donde iba.

Misao se detuvo de golpe frente al barranco examinando cada centímetro de este hasta que sus ojos toparon con el cuerpo herido de su amado, se llevó las manos a la boca ahogando un grito. Shiro llegó hasta ella poniendo una mano en su hombro tratando de calmarla.

-Bajemos a buscarle, estará bien, ya lo verás- trató de sonar lo más convincente y tranquilizador posible, aunque dudaba que estuviera bien, la caída parecía haber sido demasiado aparatosa.

Sin cruzar una palabra más ambos descendieron por la escarpada pared de piedra hasta llegar donde Aoshi estaba, comprobaron sus heridas, ninguna de ellas era profunda ni parecía tener nada roto, no obstante tenía un buen golpe en la cabeza.

-Aoshi-sama… despierte…- las lágrimas empezaban a brotar de sus ojos sin control- por favor… abra los ojos… onegai…

-Mantén la cabeza fría, esa no es la actitud de una Okashira- Shiro se cargó el cuerpo inconsciente de Aoshi en la espalda- sube primero, tendrás que ayudarme- Misao sólo asintió e hizo lo que Shiro le había pedido.

La travesía hacia el Aoiya fue algo complicada puesto que al terreno abrupto había que sumarle el resbaladizo lodo que se había formado con la tormenta y la poca visibilidad que había.

Entraron por la puerta trasera para no alarmar a los clientes que continuaban comiendo o tomando el té, Misao corrió a avisar a Okina que estaba en el despacho revisando algunos papeles de cuentas.

-Jiya…- Okina levantó la vista y la vio allí parada empapada y temblando con sus ojos llorosos

-¡Mi ángel! ¿Qué te ha pasado?- era evidente que estaba preocupado por ella, pero no había tiempo para eso- ¿Qué…?

-Basta Jiya… A… Aoshi-sama… está herido, necesitamos un médico… se cayó por… por un barranco es… está incons… inconsciente y…- no pudo más y rompió a llorar desconsolada.

-Vamos mi niña, calma- la abrazó fuertemente- voy a pedirle a Omasu que vaya a buscar al doctor, Aoshi es fuerte, se pondrá bien.

-S… si… voy a ayudar a Shiro a… asearle y… cambiarle…- Okina la vio marcharse muy preocupado por ella.

Un rato después Omasu llevó al médico que examinó a Aoshi, les explicó que tenía una fuerte contusión en la cabeza y que cuando se despertaba podría no ser el Aoshi que ellos conocían, que era posible que no les recordara o que en el peor de los casos que no volviera a despertarse. Con cada palabra el corazón de Misao se iba rompiendo y la preocupación crecía entre los onni.

Tres días pasaron sin ningún cambio, Misao no se movía de al lado de su amado, incluso después de que el cansancio hiciera mella en ella. El Aoiya estaba cerrado por lo que mientras Misao cuidaba de Aoshi el resto de los onni la cuidaban a ella.

-Misao-chan te he traído un té- Omasu la miraba desde la puerta.

-Gracias…

-Ven, tómalo con nosotros, nos quedaremos aquí, frente a la puerta

-¿Si digo que si me dejaréis tranquila?

-… sólo hasta la hora de la cena- como respuesta sólo suspiró y se sentó con ellos, mirando hacia el interior de la habitación.

-Empezábamos a creer que formabas parte de la decoración- dijo Shiro irónicamente.

-¡Un adorno humano!- se rió Kuro.

-¡Dejad de decir estupideces! Misao no les hagas caso…- Okon salió en su defensa- por que no aprovechas que estamos todos aquí y te das un buen baño, ¿eh?

-Aún se dormiría en la tina y se nos ahogaría jajajaja ¡ouch!- Shiro fue silenciado por un puñetazo de Okon.

En ese momento Aoshi abrió sus ojos repentinamente, Misao se levantó de un brinco para acercarse a él, pero una kodachi en su cuello le hizo detenerse, Aoshi le miraba fijamente con los ojos fríos de un asesino que no siente compasión por su victima, todos miraban horrorizados, petrificados por el miedo a que él la matara. Pero Misao sólo le miró y sonrió con dulzura.

-De nada le servirá mirarme así, yo no le tengo miedo, Aoshi-sama…- extendió sus manos sujetando entre ellas la de Aoshi y lentamente le arrebató la kodachi que aún la amenazaba y dejándola a un lado- Qué bien que ya se haya despertado- diciendo esto le abrazó para sorpresa de él.

-¿Aoshi? ¿Quién eres y… dónde estoy?- estaba completamente desubicado y sin darse cuenta correspondió al calido abrazo de la ninja- “¿qué está pasando?”

CONTINUARÁ

VOCABULARIO:

Daikon oroshi: nabo rayado

Kiriboshidaikon: nabo seco y algunas verduras más como la zanahoria

Misoshiru: sopa de soja

¿Ne?: ¿no?

Onegai: por favor

Onigiri: bolas de arroz

Escrito el 30 de octubre de 2008

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