lunes, 11 de mayo de 2009

EL AMOR DUELE… Cuando no entiendes el por qué



Rurouni Kenshin y sus personajes pertenecen al gran Nobuhiro Watsuki y Shueisha.

EL AMOR DUELE…

Cap 8.- Cuando no entiendes el por qué

A primera hora de la mañana dos jóvenes con demasiado tiempo libre se reunieron en una pequeña taberna a las afueras de Kyoto por que allí no habría testigos de sus perversos planes.

-Mudô-san, háblame sobre Makimachi-sama, la vi de pequeña pero no la conozco.

-¿Makimachi-sama? ¿A qué tanto respeto?

-Mmm… aaaaaah… no me hagas mucho caso- dudó un poco, no le había dicho que había sido una Oni- cuéntame ¿cómo es?

-Pues Mi-chan es una chica muy peculiar, es fuerte pero a la vez muy sensible, una bruta de mucho cuidado pero delicada como el cristal, infantil y madura, muy testaruda, no se rinde ante nada, es firme en sus decisiones…- suspiró- es detallista, tierna, dulce, es capaz de querer incondicionalmente y de perdonar cosas que nadie más podría… eso sin contar lo hermosa que es…

-¿Estás enamorado de ella?

-Desde que me pegó la paliza de mi vida jajajaja, una niñita de nueve años pateando a un chaval de trece ¿puedes creértelo?

-Entonces ¿por qué quieres seguir adelante?

-Por que yo no podría hacerle feliz ni en un millón de años…- sonrió amablemente a su acompañante- ¡quiero que sea muuuuuuuuuy feliz!- dio un sorbo a su té.

-Aoshi-kun es un hombre frío y distante, muy tímido aunque pueda no parecerlo, ha renunciado a su propia vida por su…- titubeó un poco- por su trabajo, nunca muestra lo que siente ni se permite dar muestras de debilidad. Es firme, fuerte, valiente, responsable… tiene un lado oculto muy dulce, amable y cariñoso, sólo que lo esconde muy bien… y se preocupa mucho por los suyos, sería capaz de cualquier cosa por los que quiere.

-¿Tu…?

-¿Eh? jejejeje… sí, pero nunca podría tener una oportunidad con él.

-Te das cuenta ¿de lo raro que es esto? Estamos intentando juntar a las personas que amamos jajajaja.

-Es verdad jajajajaja.

Tras unos minutos de risas se miraron para después suspirar.

-No creo que sea una buena idea darle celos a Makimachi-sama, se entristeció mucho cuando le dije que era la prometida de Aoshi-kun…

-Shinomori-san se muere por trocearme ¡mi vida correrá peligro!

-¡Yo te protegeré!

En el Aoiya Misao servía el desayuno a los clientes más madrugadores con una sonrisa de oreja a oreja que se convirtió en una mueca de fastidio al ver a Aoshi sentado en la mesa del fondo, ahora tendría que servirle el desayuno… y esa mañana no estaba dispuesta a cambiarle la tempura por algún dulce, iba a comerse lo que había lo quisiera o no y el té… iba a ser té verde, nada de prepararle un té especial sólo para él… Suspiró para entrar en la cocina bajo la atenta mirada del ninja de hielo. Él nunca se sentaba en el restaurante cuando había gente, principalmente por que ella siempre le subía la comida, además odiaba todas aquellas miradas curiosas de los clientes ni que fuera un bicho raro.

La Okashira dejó una bandeja individual frente a él, la observó atento, no había doble ración de sopa de miso, ni había ningún dulce, le había dejado la tempura que tanto odiaba desayunar y el té… simple té verde, alzó una ceja contrariado para después mirarla.

-Lo que no quiera no se lo coma.

-…- cogió sus palillos y empezó a comer.

¿Cómo habían llegado a ese extremo? Misao siempre le había dado un trato especial, en cambio ahora… ¡maldición! ¿Qué estaba haciendo mal? Sólo quería volver a estar bien con ella, esa niña tonta que estaba enfadada por vete a saber qué.

Dirigió su mirada a su mujercita que servía una mesa con seis jovencitos con las hormonas muy revolucionadas. Uno de ellos tuvo el atrevimiento de tocarle el trasero y ella reaccionó sin pensar propinándole una sonora bofetada.

-¿¡Qué crees que estás haciendo zorra!?

-Tenía un mosquito- si montaba un escándalo Jiya la mataría por no pensar antes de hacer las cosas- ¿quieren algo más?

-Ven aquí fulana te vamos a enseñar lo que es un hombre.

Entre dos pegaron un tirón de la muchacha y entonces Aoshi ya no pudo quedarse sentado por más tiempo. De dos zancadas se plantó frente a ellos, jaló del brazo a Misao y se colocó entre ella y esos tipejos.

-¿Hay algún problema?- les lanzó una mirada helada.

-Sí, esta mujerzuela se ha atrevido a pegarme.

-Misao.

-¿Sí?

-La próxima vez…- los jóvenes sonrieron creyendo que la iban a despedir- pégales más fuerte y que Saito los encierre en el calabozo. Y vosotros, comed y largaos, no quiero volver a veros por aquí.

-Oye tío qué yo no he hecho nada.

Todos los clientes que conocían muy bien a la comadreja salieron en su defensa, esa pequeña siempre les ofrecía el mejor trato de toda la ciudad. Ante la avalancha de gente que les amenazaba los jóvenes se marcharon sin pagar jurando venganza.

-Gracias Aoshi-sama.

-No quiero que salgas sola, al menos no hasta dentro de unos días.

-De acuerdo.

Volvió a su mesa para acabar su desayuno y ella a la cocina, minutos después reapareció con su flamante sonrisa unos pastelillos y su té preferido, se vio tentado de echarse a llorar de la emoción y abrazarla con todas sus fuerzas pero se limitó a agradecérselo.

Horas más tarde Seichiro se presentó en el Aoiya buscando a Misao, sólo por esa vez Aoshi se alegró de verle, algo bastante irónico. Le hizo sentarse en su mesa mientras la ninja se cambiaba.

-Mudô, vigílala, no te separes de ella ni un segundo, si algo le pasa servirás de alimento para los peces.

-¿Eso significa que acepta que me case con ella?

-No. Limítate a no perderla de vista.

La comadreja volvió con su ropa normal, su gi holgado y su short tan poco femenino, eso le dio una tremenda alegría a Aoshi, aunque… esa indumentaria mostraba mucha piel.

-¡Wow! Hacía tiempo que no te veía así vestida.

-Es que mis yukata las tiene todas Omasu…- se acercó al oído de Aoshi para susurrarle- llevo mis kunai por si se les ocurre volver, no se preocupe.

-Ten mucho cuidado- le susurró.

Los dos jovencitos se marcharon riendo como era habitual en ellos y el ninja… bueno, él tuvo que conformarse con dejarle ganar por el momento. Se levantó decidido a encontrar el modo de arreglarlo todo, iría a ver al lobo y tantearía el terreno a ver si podía ofrecerle algo útil, aunque eso el lobo no lo sabría usaría de excusa el altercado del desayuno.

Nada más llegar a la comisaría le recibió Cho entre risas, algo a lo que no le dio importancia, y le guió a una sala en vez de al despacho del lobo como era habitual. El escoba se alejó riendo como un loco ¿sería el estrés de trabajar con el lobo? Decidió no pensar más en eso y llamó a la puerta, al otro lado la potente voz del policía le mandó entrar. Abrió la puerta y lo primero que vio casi le provoca un paro cardiaco… una enorme pancarta que ponía “CLASES PARA RECONQUISTAR EL CORAZONCITO DE LA COMADREJA PARA EL ESTÚPIDO CUBO DE HIELO”.

-Pasa hombre, pasa, te estaba esperando- se acercó a él y de un empujón lo metió dentro- siéntate.

-Creo que me voy…

-¿Cuál es la mejor cualidad de la comadreja?

-Tiene una puntería letal- tal y como había planeado Saito el ninja se sentó, que fácil era engatusarle- es una buena kunoichi.

-Eso serviría si quisieras reconocer su merito no para ligártela, patán…- se dejó caer bruscamente sobre la silla- ¿Es guapa? ¿Tiene un buen culo? ¿Buenas tetas?- Aoshi se quedó boquiabierto- ¿Te pone? ¿Te dan ganas de abrazarla y no soltarla? ¿Te hace feliz? Piensa estúpido ¿su mejor cualidad?

Se quedó pensando un rato ¿Cuál era? Seguramente su optimismo, no… era su amabilidad, no, lo detallista que era, no, tampoco, su vitalidad… no, su inocencia… ¿su ternura? ¿Su sonrisa? Se sintió repentinamente mareado ¿sólo podía elegir una? Imposible. Suspiró derrotado.

-Muy bien, hagámoslo más fácil- dijo encendiendo un cigarrillo- cierra los ojos y visualiza a la niña- el ex-Okashira obedeció- y ahora dime ¿cómo la ves?

-Sonríe, como siempre.

-¿Una bonita sonrisa?- el ninja asintió- jujuju ¿y qué le dirías?

-¿Sobre qué?

-Eres un auténtico caso perdido, Shinomori. A las mujeres les gusta que les hagas cumplidos, que les digas que están hermosas, que las quieras y valores, no que las trates como un tabi sudado, aunque en eso eres un experto.

¿Un tabi sudado? Él no trataba así a Misao ¿o si? No tenía muy claro a que se refería el lobo con eso. Si era la única con la que tenía trato…

-Regálale flores, eso nunca falla… ¿Cuáles son sus favoritas?

-Mmm… ¿las rosas?

-¿Me lo estás preguntando?- alzó una ceja el lobo- ¿no sabes ni algo tan simple como eso? Tu primera tarea, descubre sus flores favoritas, su comida favorita, su color favorito y otras cosas muy útiles y que deberías saber.

Se paró a pensar, realmente no tenía ni idea de ese tipo de cosas… ¡Oh Kami! Ella conocía todos sus gustos a pesar de sus pocas palabras, en cambio él… y mira que Misao hablaba y daba información ¿cómo era posible que no supiese ese tipo de cosas?

Un tic le asaltó y Saito rió, su alumno era un autentico desastre, prometía ser muy divertido.

Continuará

Escrito el 11 de febrero de 2009

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