sábado, 9 de mayo de 2009

EL AMOR DUELE… Con las malas noticias



Rurouni Kenshin y sus personajes pertenecen al gran Nobuhiro Watsuki y Shueisha.

EL AMOR DUELE…

Cap 6.- Con las malas noticias

El Kinkaku-ji… hubo un tiempo en el que aquel lugar le gustaba, recordaba haber ido allí con sus hombres y con Misao cuando aún era pequeña, y allí estaba ella otra vez con su larga trenza ondeando al viento y de la mano de… aquel maldito amigo suyo.

Caminaba con sumo cuidado de no ser descubierto, si le vieran se darían cuenta de que les había seguido, evidentemente no podía justificar su presencia en aquel lugar. Pensándolo fríamente se estaba comportando como un psicópata persiguiendo a su protegida, pero la gente decía que el amor te hace cometer locuras… ¿sería justificable? No… mejor procurar no ser descubierto.

-¿Shinomori? ¿Shinomori Aoshi?- el ninja giró asustado por ser descubierto quedando frente a una joven- ¡Sí que eres tú! ¿Te acuerdas de mí?

-Nikaido Yuri- vio el cielo abierto, ella era su excusa- largo tiempo.

-¿Qué te trae a este lugar?

-Necesito que me hagas un favor.

-Shinomori Aoshi, el más grande Okashira que haya tenido el Oniwabanshu, hombre de honor y respetado en todos los clanes ninja ¿necesita un favor?- el ninja asintió y la chica sonrió- es la cosa más extraña que me hayas dicho nunca en la vida jajajaja cuenta conmigo, haría cualquier cosa ante semejante milagro.

El ex-Okashira alzó una ceja, quizás no había sido una buena idea pedirle ayuda a aquella mujer alocada. Habían trabajado juntos una temporada hasta que ella dejó el clan, no había vuelto a verla desde entonces. Suspiró para empezar a hablar.

-¿Ves a aquella muchacha con una larga trenza?- la mujer asintió- es mi protegida y aquel tipejo es un amigo suyo, no me fío de sus intenciones con ella.

-Mmm… te ayudaré.

Yuri sospechaba que había algo más tras la desconfianza de Aoshi ¿estaría enamorado de su protegida? Ese hombre nunca se implicaba directamente en las investigaciones de ese tipo y tampoco había mostrado nunca el más mínimo interés por ninguna mujer. No podía resistirse a ver a su ex-compañero enamorado de una jovencita.

-Si preguntan diremos que nos hemos encontrado y me has pedido que te acompañase.

-Muy bien- puso sus manos en la cintura- acerquémonos a nuestros objetivos, les sacaremos hasta el último detalle.

-Yuri…

Tarde para hablar, la joven ya caminaba hacia la pareja y él solo pudo acelerar el paso para llegar hasta ella. Seichiro y Misao se giraron a ver a las dos personas que se les habían acercado.

-Hola Aoshi-sama- la comadreja sonrió algo sorprendida.

-Shinomori-san me alegro de verle-Seichiro le tendió la mano pero el ninja le ignoró.

-Hola, soy la novia de Aoshi-kun- por primera vez Aoshi miró con autentica sorpresa y Misao quería morirse- Nikaido Yuri, encantada.

-Encantado, soy Mudô Seichiro- desvió su vista a la ninja que estaba petrificada- y mi amiga la estatua es Makimachi Misao.

-En-encantada…- la comadreja hizo una reverencia.

-“Uy… que interesante reacción”- miró al ninja- Aoshi-kun ¿vamos a tomar un té?

Nadie contestó, Seichiro y Yuri miraban atentamente a los dos ninjas que parecían haberse perdido en algún lugar de sus pensamientos, quizás se habían convertido en estatuas o algo así, al menos parecía que seguían respirando… se miraron entre ellos y una sonrisa traviesa se dibujó en sus rostros, ambos estaban pensando lo mismo.

-Venid vosotros también, yo os invito.

-Nikaido-san, que amable- aceptó Seichiro haciendo que los Oni salieran de su ensoñación- aquí al lado preparan un té delicioso.

-¡Genial, genial! ¡Vayamos allí entonces!

La comadreja observó a la joven acompañante de Aoshi, era muy hermosa, su cabello negro que le llegaba por los hombros, su blanca piel, además tenía un cuerpo muy femenino y un buen escote, nada que ver con su cuerpo de chiquilla, no podía competir contra eso. Suspiró amargamente y siguió a sus compañeros que ya se habían puesto en camino.

No tardaron en llegar a la casa de té un lugar realmente tranquilo, la dueña les acomodó en una mesa en el patio interior donde les sirvió el té acompañado de dulces. La comadreja mantenía la cabeza baja, estaba muy apagada. Seichiro tomó la decisión de dar un paso y probar suerte, tal vez podría ayudar a su amiga, sólo esperaba que no le trocearan.

-Mi-chan y yo nos casaremos pronto- la comadreja se atragantó con el té.

-Ni hablar.

El ex-Okashira contestó inconscientemente ganándose las miradas sorprendidas de sus tres acompañantes, una sonrisa traviesa se dibujó en la cara de Seichiro.

-¿Por qué no, Shinomori-san? ¿No cuenta la opinión de Mi-chan?

-Se-Sei-chan…

-Pero Aoshi-kun, eso sería maravilloso, hacen una pareja encantadora- Yuri tendió un cable al jovencito- además es ley de…

-He dicho que no, no hay más que hablar.

-¿¡Por qué no!?- Misao se levantó alterada ¿él podía casarse pero ella no?- ¿qué hay de lo que yo quiera?

-¿Es eso lo que quieres?- Aoshi la miró indiferente.

Hubo un largo silencio todos miraban a la Okashira en espera de su respuesta.

-¡Me voy a casa!

La muchacha huyó, podría haberle dicho que quería casarse con Seichiro pero eso no sería verdad, no podía engañar a Aoshi por que seguro que se daría cuenta y le recriminaría esa actitud tan infantil.

El ex-Okashira se marchó también, estaba enfadado con su protegida ¿qué le estaba pasando? Nunca le había hablado en ese tono. La vio tomar el camino hacia el centro de Kyoto así que cogió el camino contrario, lo que menos le apetecía era un nuevo reto silencioso.

En la casa de té Yuri y Seichiro se habían quedado anonadados, la cosa se les había ido de las manos…

-No es mi novio- la muchacha miró fijamente su té- la verdad es que nos encontramos aquí de casualidad.

-Me lo había imaginado- el chico sonrió- yo tampoco voy a casarme con Mi-chan, aunque no me importaría jajajaja.

-¿Tu también te has dado cuenta?

-Lo de Mi-chan lo sabía, ella me lo contó a parte de sus continuas escapadas para encontrarle- sonrió melancólicamente- lo de Shinomori-san… bueno lo empecé a sospechar hace unos días y creo que hoy lo he confirmado.

-¡Ayudémosles!- exclamó la muchacha.

-¡Tracemos un buen plan!- apoyó Seichiro.

Y así dio comienzo la reunión para juntar a la pareja curiosa que formaban aquellos dos.

Mientras tanto en el camino que llevaba a Kameoka…

-Niña tonta… te estás dejando seducir por ese idiota… tonta, tonta… ¿qué demonios te ha metido Okina en la cabeza?- murmuraba con cara de pocos amigos- no voy a ceder- chutó una piedra- tonta… debería encerrarte en tu cuarto hasta que seas una anciana.

Alguien observaba al cubo de hielo murmurar y rabiar con una sarcástica sonrisa en el rostro, se levantó del banco en el que estaba y caminó decididamente hasta su objetivo, le empujó bruscamente sacándole de sus cavilaciones. Aoshi palideció al ver al hombre que le había empujado.

-¿Ya se ha cansado de ti, hombre de hielo?

-Tú… ¿Qué demonios quieres?- miró con indiferencia al hombre- no tengo tiempo para estupideces.

-Tan simpático como siempre ¿eh?- rió con sorna.

Al mismo tiempo… en el camino al centro de Kyoto Misao caminaba cabizbaja, su Aoshi-sama era muy cruel… vale que ella no quería casarse con Seichiro, pero ¡maldita sea! Al menos debería tener la opción de elegir que ya no era una niña.

-Aoshi-sama… es usted muy malo…- hizo pucheros.

-Eso es nuevo, pequeña- el hombre tras la comadreja dedicó una reluciente sonrisa- ¿qué ha hecho esta vez?

-Ah… cuanto tiempo sin verle…

Entretanto en el Aoiya…

-¡Shiro-kun! ¡Devuélveme la novela!- Omasu perseguía al Oni.

-¿Qué novela?

-¡La que estaba leyendo!

-¡Qué yo no he sido, ya te lo he dicho!- Shiro se escondió detrás de Kuro.

-No irás a decirme que ha sido Aoshi-san ¿no? ¡Devuélvemela idiota!

Y así el Aoiya se sumió en una terrible batalla campal entre Shiro y Omasu a consecuencia del pequeño hurto del ex-Okashira, Aoshi Shinomori.

Continuará

Escrito el 28 de enero de 2009

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