viernes, 10 de septiembre de 2010

25M XXI.- Lluvia



Code: Lyoko y sus personajes son propiedad de MoonScoop y France3.

XXI.- Lluvia

—¡Ey, mirad eso! —gritó Odd repentinamente—. William y ¿¡Emilie! ¡Qué bombazo!

—¡Cállate, Odd! —gritaron los demás al unísono.

—¡Ulrich! —gritó separándose momentáneamente de Emilie—. Deberías decirle a Yumi que la quieres.

Tomó de la mano a Emilie y se alejaron riendo como un par de chiquillos.

Ulrich farfulló una serie de palabras a medio pronunciar, frases carentes de sentido incluso para él, completamente rojo. Jérémie palmeó el hombro de Ulrich dándole ánimos, con una cálida sonrisa, mientras William y Emilie desaparecían entre la lluvia.

—Quién sabe… quizás hace caso a William —comentó Odd—. Ya sabéis "¡Oh, Yumi! Amor mío. Tú lo sabes, yo lo sé, el mundo entero lo sabe ¡Te quiero!"

—Odd… —susurró Aelita.

—Para tu información, Yumi y yo sólo somos amigos.

—Claro que sí —replicó con sorna.

Aelita tomó la delantera riendo bajo su paraguas rosa, seguida de cerca por Jérémie y Odd, Ulrich se quedó allí plantado refunfuñando. Gruñó al darse cuenta de que Odd llevaba su paraguas y ya estaba demasiado lejos como para llegar hasta a él sin mojarse demasiado.
Yumi estaba de pie bajo la lluvia con su paraguas abierto y la mirada perdida en el bosque. Su cuerpo estaba allí, al menos, por que su mente vagaba por otros lugares, saltando de un lado a otro. De los estudios a William, de William a Hiroki, de Hiroki a las vacaciones en Kyoto, de las vacaciones a Ulrich… y vuelta a empezar.

La vida era demasiado compleja para darle vueltas de pie bajo una cortina de lluvia.

Las pisadas resonaban con un chapoteo sobre el barro, tres personas se detuvieron a su lado.

—¿Qué hay? —preguntó animada Aelita.

Ella le sonrió centrando su atención en sus amigos, rápidamente se dio cuenta de que faltaba Ulrich.

—Humedad y barro —bromeó.

Procuró que no se notase, pero el acelerado monólogo de William la había dejado tan aturdida como confusa, de ahí que no parase de dar vueltas.

—¿Cómo es que has venido tan temprano? —preguntó Odd.

—Hiroki no paraba de fastidiar, así que he venido dando un paseo. —Sonrió—. ¿Dónde está Ulrich?

—Por ahí, quejándose — replicó entrando en la cafetería sonriendo y sin más explicaciones.

Jérémie y Aelita se encogieron de hombros antes de seguir los pasos de su amigo. Ella se quedó allí bajo la lluvia mirando fijamente la puerta hasta que escuchó unos pasos detrás de ella, entonces vio a Ulrich empapado de pies a cabeza y con cara de pocos amigos.

—Ey —farfulló.

—¿Es qué quieres pillar una pulmonía?

—Odd se ha llevado mi maldito paraguas.

Yumi puso los ojos en blanco y suspiró.

—Te acompaño hasta la residencia para que te cambies.

—Da igual, ya me cambiaré después.

Yumi le miró con aquella expresión de "si hace falta te voy a llevar arrastrando por el barro", Ulrich se encogió de hombros, se metió bajo el paraguas de ella, por que por alguna razón se sentía estúpido caminando junto a alguien con un paraguas abierto y él mojándose. Ella se sonrojó y él no comprendió el por qué.

Por algún motivo Jim estaba sentado en las escaleras de la residencia, le prestaron un poco de atención al profesor de gimnasia grandullón, siguieron su mirada y vieron a la señora Hertz montando algo en el patio con un chubasquero azul celeste. Era tan evidente que estaba loco por la profe de ciencias…

—Te espero aquí —le dijo apoyándose en la barandilla de la escalera.

Ulrich asintió e inició su ascenso, el pasillo estaba desierto y aunque la calefacción estaba apagada y él empapado, no tenía ni pizca de frío. Kiwi saltó a sus brazos nada más abrir la puerta de la habitación y le saludó con un par de estridentes ladridos.

Sacó del armario lo primero que encontró y lo lanzó sobre la cama, entonces frunció el ceño y rebuscó un poco más, hasta dar con algo más elegante. Que fuesen a estudiar con Odd no quitaba que pudiera arreglarse un poco para impresionar a Yumi. Finalmente se puso unos pantalones de corte militar, con bolsillos en las rodillas, de color marrón y una camiseta de manga corta verdosa. Se coló la chaqueta antes de salir ganando un gruñido de protesta de Kiwi.

Ella le esperaba sentada al lado de Jim con la vista clavada en el artilugio que montaba la profesora de ciencias, en cuanto le vio sonrió.

—Stern, mañana hay entrenamiento —dijo Jim sin despegar su vista de Suzanne—. Los interescolares empiezan la semana que viene, no podemos perder.

—Tranquilo, Jim, allí estaré.

Se cobijó bajo el paraguas de Yumi que ya le esperaba en la salida del edificio. Volvía el futbol, los largos entrenamientos, las llamadas misteriosamente amables de su padre, el apoyo de Yumi desde las gradas, y la falta de tiempo para estudiar. ¿Pero a quién le importaba? Ella le ayudaría a estudiar, se lo había prometido.

En la cafetería Odd se zampaba el tercer tazón rebosante de cereales, con media cara embadurnada de chocolate, y dos croissants aguardándole en la bandeja. Jérémie le miraba pasmado, aún no había descubierto dónde demonios iba a parar todo lo que comía, Aelita lo miraba divertida como siempre, se lo pasaba en grande con Odd.

Para cuando Ulrich y Yumi entraron, la cafetería estaba prácticamente vacía. Él fue a buscar algo para desayunar y ella se sentó junto a Aelita.

El desayuno se alargó más de lo previsto, Odd rebañaba una y otra vez el contenido de su bandeja, que por aquel entonces, tanto el tazón como los cubiertos, relucían de lo limpios que estaban; también había acabado con todas las migas que habían caído sobre el plástico.

Con un gran esfuerzo, amenazas y paciencia habían logrado encerrar a Odd en la habitación. Kiwi se lanzó sobre la bolsa de tela de color negro que cargaba Yumi, suspiró y la acabó metiendo dentro del armario de Ulrich, lejos de las patitas del perro.

Los libros de biología de Odd y Ulrich estaban abiertos por el tema sobre genética, Yumi había fotocopiado sus apuntes del año anterior y le había dado una copia a cada uno. Cuando parecía que, en realidad, no necesitaban tanto su ayuda, llegaron a las mutaciones genéticas.

Aquello hizo que Odd se despistara y se pusiera a pensar en superhéroes de cómic americano. Yumi frunció el ceño y acabó optando por enseñarle una de las prácticas de laboratorio que habían hecho con la señora Hertz, pero aquello no sirvió de gran cosa. Lo repitió tantas veces que llegó al punto de no saber ni lo que estaba intentando explicar.

Odd se movió con euforia y apuntó rápidamente la respuesta "correcta". Mostró dos dedos haciendo la señal de la victoria y sonrió triunfante.

Yumi suspiró por enésima vez y tamborileó con el lápiz sobre el libro.

—Que no es así, Odd…

—Es que eres un mala profesora — refunfuñó.

—¿Qué dices? Si hasta yo lo he entendido.

—Y eso ya es difícil —replicó Odd con burla—, teniendo en cuenta que no le estás haciendo ni caso al libro.

Ulrich se sonrojó y Yumi le miró alzando una ceja. Odd se rió, porque aquello era muy gracioso, su amigo sólo estaba pendiente de cómo se movían los labios de Yumi, de cómo su pelo se balanceaba cuando se movía, de cómo sus músculos se tensaban y relajaban cada vez que cogía un libro…

—¿Te lo vuelvo a explicar? —preguntó exasperada.

—¡Nah! Prometí a Noémie que la acompañaría al centro.

—¿Qué hay del examen? —inquirió Ulrich.

—Los genios no necesitamos estudiar.

Se levantó e hizo algunos estiramientos antes de salir de la habitación, con rumbo al cuarto de Aelita para seguir estudiando, lo de Noémie no había sido más que una excusa para dejar solos al par de tortolitos lentos a ver si espabilaban de una vez.

Ulrich paseó la mirada por la habitación antes de fijarla en las manos de Yumi.

—¿Tú también tienes planes mejores que estudiar? —Lanzó la pregunta con tono irónico.

—Si cateo mi padre me matará —contestó con sinceridad—, así que por mi bien…

—¿Alguna duda?

—Ninguna —se apresuró a decir.

Estaba cabreada por lo de Odd, había sido él quien le había insistido durante semanas para que les ayudara, y se había limitado a no hacer ni caso y a fugarse con una chica.

Yumi era una buena profesora, lo creía de verdad. Aquella era la primera vez en años que entendía dos palabras juntas sobre biología y no acababa agotado. Quizás sólo era el hecho de que cualquier cosa que dijera ella se le hacía interesante. Pero era genial, probablemente sacaría una buena nota por primera vez en toda su vida.

Hicieron una par de descansos, para "despejar la mente", con temas triviales y amenos para desconectar. Estudiaron hasta la hora de comer.

Era domingo. Y los domingos sólo se servía comida a los alumnos internos, así que a Yumi no le darían nada. Se quedó mudo, pensando en alguna alternativa que les permitiese esquivar a Jim y llenar sus estómagos. Ella se puso de pie y sacó la bolsa de tela que había metido en el armario de Ulrich, al instante, Kiwi, retomó su labor de tratar de arrebatársela.

—Estate quieto, Kiwi —protestó volviendo a sentarse.

Kiwi subió ágilmente a la cama de Ulrich que lo bajó con un movimiento preciso. El perro lloriqueó y mordisqueó las deportivas de Odd, frustrado. Ella abrió la bolsa y sacó tres cajas negras. Las había visto, parecidas, en las series de animación japonesas que tanto le gustaban a Odd.

—Son los bentô que usábamos Hiroki y yo cuando íbamos a la escuela en Kyôto. —Sonrió tendiéndole uno—. Pensé que podríamos comer aquí, así que he preparado algo antes de venir. ¿Tenedor o hashi?

Él extendió la mano y dudó unos segundos entre el tenedor y los palillos. Entre comer como un tío con clase o quedar como un idiota y morirse de hambre. Sus dedos tomaron los palillos con decisión. Pasaría hambre.

—¿Qué hay? —Señaló los bentô.

Onigiri, tortilla, salchichas, soba y tenpura.

Abrieron las tapas de las cajas a la vez, en perfecta sincronía, liberando el delicioso aroma de la comida casera preparada por Yumi.

Después de varios intentos fallidos de coger un dichoso trozo de tortilla con los palillos, Ulrich, suspiró. En las pelis parecía fácil, viendo a Yumi comer parecía fácil… Cerró los ojos y torció el gesto. De fácil no tenía nada. Olfateó la tortilla demasiado cerca de su cara como para seguir dentro del bentô, abrió los ojos y descubrió que ella le había acercado un trozo a la boca con sus palillos.

—¿Seguro que no quieres un tenedor? —preguntó cuando él, sonrojado, engulló la porción de tortilla.

—Supongo.

Le daba de comer como en los manga de Odd. Puede que en el país de Yumi aquello fuese algo común, pero en el suyo era bastante vergonzoso. Alargó el brazo por encima de la cama hasta dar con uno de los tenedores.

Casi lloró de la emoción, hacía tanto tiempo que no comía comida casera que ya había olvidado lo buena que estaba. Además Yumi era una cocinera genial.

—¿Qué te pasa? —preguntó ella de repente.

Ulrich la miró como si le hubiese planteado un problema complicadísimo de física cuántica. Habían acabado de comer tan callados como si estuvieran haciendo voto de silencio. Bajó de las nubes, se había puesto a soñar despierto con cosas que no repetiría en voz alta, por que le daba demasiada vergüenza reconocer el tipo de cosas se imaginaba haciendo con Yumi. Enrojeció. Si pudiese leerle la mente se iba a ganar una buena patada.

—Na… nada.

—¿Te preocupa el examen?

—Que va. —Se desperezó—. Puede que gracias a ti saque la primera buena nota de toda mi vida.

—No tiene mérito —replicó apoyando la mejilla sobre el mullido colchón—. Eres inteligente, Ulrich, sólo necesitas esforzarte un poco más.

Quizás Yumi tuviese razón. Tendría que planteárselo.

—Dime… —susurró ella—. ¿En qué estabas pensando tan concentrado?

—En hacer algo.

Le había pillado con la guardia baja, estaba segura de que ni se había dado cuenta de que le había contestado. Probó suerte, tal vez podría sonsacarle alguna palabra más.

—¿En hacer qué?

—En be… —se interrumpió sonrojándose. ¡Qué estaba diciendo!—. En ver una película este fin de semana.

—Ya —contestó irónica—. ¿No te atreves a decirlo? —le retó con aquella sonrisa pícara.

No, no era que no se atreviera, era que no sabía como se lo iba a tomar si lo decía. Pero sí que podía hacerlo. Se atrevería a hacerlo. Al fin y al cabo estaba mentalizado para ello.

Se inclinó hacía adelante y le dio un beso, rápido, tímido y torpe. Se giró a toda velocidad.

—Te quiero —pronunció con la mirada fija en la libreta—. Te quiero, Yumi.

Sentía sus mejillas arder, debía de estar tan rojo como un tomate maduro. Estaba nervioso, pero a la vez aliviado, al fin se lo había dicho. La suerte estaba echada.

Las manos de Yumi en sus mejillas le hicieron girar la cabeza, y le besó. El beso de Yumi fue pausado y tranquilo, pero cargado de sentimiento.

—Yo también te quiero, Ulrich.

Le miró pasmado, esperaba algo de "sólo somos amigos", hasta tenía una respuesta a la altura "¿a quién queremos engañar? Ambos sabemos que no somos sólo amigos", entonces ella habría protestado y tras un tira y afloja habrían llegado a algo.

Se rió. De haber sabido que iba a ser tan sencillo lo habría hecho antes.

Se echó hacia delante, apartando un mechón de pelo azabache de Yumi de su mejilla y la volvió a besar lentamente.

Se habían olvidado del examen, de Odd y de Jim. Tenían mucho tiempo que recuperar.

Fin

Aclaraciones:
Bentô: es un tipo de fiambrera que usan los japoneses para llevar la comida. Las preparan ellos en casa o las compran en los supermercados o en los O-bentô-ya (tienda de bentô).
Buscadlas en Google, los bentô son todo un arte, ya lo veréis.
Hashi: palillos para comer.
Onigiri: bolas de arroz, suelen tener forma triangular, llevan un alga negra, nori, pegada en la base.
Soba: fideos de alforfón, hay muchas maneras de prepararlos. (El alforfón, por si no lo sabéis, es una planta, de la familia de las poligonáceas, de tallos nudosos, hojas grandes, flores blancas y frutos oscuros y triangulares.)
Tenpura: comida japonesa consistente en pescado, marisco y verduras rebozados y fritos.

Escrito el 9 de septiembre de 2010

1 comentario:

  1. Este es uno de los mejores fan fic que he leido sobre code lyoko, me gusto por que respetaste la forma de ser de los personajes y el modo sencillo en el que escribes..!!! Me gustaria que hicieras una continuacion ..!! claro si se puede .!! XD Tienes una nueva fan..!!
    Atte
    verdandi
    Saludos desde jalisco Mexico ..!!

    ResponderEliminar